Una vez soñé que organizaba talleres en Cabo de Gata, un lugar que durante años había sido esencial para amantes de la fotografía.

De ese sueño nació CaboAdentro; de la ilusión de revivir los talleres que Oscar Molina organizó tantos años y que yo tuve la suerte de disfrutar. Yo conocí esos talleres cuando casi acababan: fue el que impartió Matías Costa, mi primer taller de convivencia en torno a la fotografía y una experiencia transformadora.

Allí hice amistades que mantengo todavía y que me han traído más amigas y amigos. Allí me enamoré de mi lugar favorito del mundo.

Pasaron algunos años
y llegó la pandemia.

Por azares de la vida, acabé viviendo esa época en Aguamarga. Caminé mucho por las playas y también por lo que queda más al interior y se conoce menos del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Caminé hasta sentir que yo pertenecía a esas piedras, a ese mar, a esas luces que ahuyentan lo sólido y convierten en volátiles los acantilados. Así llegó el sueño del que antes os hablaba y también las complicidades que lo hicieron realidad.

Para empezar, la propuesta de Juan Valbuena de fotografiar siguiendo los pasos de Juan Goytisolo convocó a un grupo maravilloso de amigas y amigos que vinieron de toda España, con su salvoconducto bajo el brazo. La lluvia bendijo aquella osadía y luego vinieron otros talleres y más personas que se han ido sumando a esta familia. Lo han hecho llamados por visiones de la fotografía tan diversas como las de Estela de Castro, Edu Nave, Juanan Requena, Eduardo Momeñe, Javier Vallhonrat, Ainhoa Valle o Mei La Cierva Verde. E, igualmente, por el atractivo de zambullirse por unos días en una comunidad de entusiastas de la fotografía que entienden esto de manera muy distinta: como algo trascendente o gamberro, público o privado, cultivo del detalle o la espontaneidad… Una comunidad de talleristas en la que autores profesionales y vocacionales coinciden en la alegría de refrescar la mirada. Una comunidad que crece.

Te estamos esperando.